Martes. La resaca navideña se me ha ido de
las manos. Estoy a punto de arrancar la hoja de enero del calendario y todavía
me encuentro retirando el arbolillo de la repisa, metiendo el morro en los
últimos saldos y preparando mi debut piscinero. Sí, aún no me he tirado al agua
pero ya he ojeado chanclas, gorros y hasta un pantalón de chándal. A este paso
termino haciendo dieta macrobiótica y cambiando las tardes de cañas por clases
de punto de cruz. Qué puñetero es el invierno.
Miércoles. Crónica de una ruptura anunciada.
Escassi y Sonia Ferrer atraviesan una crisis de las gordas, dicen que la
definitiva. El amor y desenfreno que se fraguó hace menos de un año en los
trampolines podría hacer aguas por distintos motivos. Una larga lista de
razones que irían de los números rojos del jinete a la afición por ponerle
ojillos a toda la minifalda que se encuentra a su paso. Una serie de agravios
con los que parece que Ferrer no comulgaría y que la habrían empujado a tomar
la decisión de plantarle los trastos en la puerta. Sin confirmación ni
desmentido oficial, la presentadora en paro y el jinete sin yegua hacen vidas
separadas y asisten al segundo round de
Patricia Martínez, una morena de alto voltaje que compartió alcoba durante tres
primaveras con Álvaro y que pasea ataque de cuernos por los platós. Dice la
bendita que el chico no pega palo al agua, que dedica el tiempo libre a
cultivar bíceps, tríceps y todo lo terminado en íceps, y que entre sacar tajada de sus conquistas o sentar cabeza
cortándose la coleta, prima lo primero y con diferencia. Que se lo digan a Vicky, Eugenia, Lara, Mireia
y un largo elenco que bien podría relanzar la segunda entrega de I love Escassi.
Jueves. Nueva baja en Telecinco. Terelu se
baja del carro a lo Pedro J. y sale por patas del cortijo de J.J., de las tardes felices
amenizadas por los Supersingles y de
todo lo que vaya más allá de publicitar caldos o productos adelgazantes. El principal detonante del cese por tiempo indefinido obedecería al deseo de un cambio en su rutina y
al ejercicio de reordenar sus ideas, sus carnes y su agenda de maromos. Con la
espantada de Campos, el programa estrella de Mediaset (máquina de picar carne
en palabras de Aramis Fuster), se cobra su última víctima. Mila, los Kikos o la
Esteban disfrutaron de unos meses sin empleo y sueldo con su posterior
reaparición a precio de prime time.
Todos se han ido para volver, excepto Luis Rollán. El amigo de las folclóricas
ha sido el único valiente que se despegó de la estufa y pasó a mejor vida. O
eso dice él. Sin el beneplácito de la reina madre, Terelu buscará la felicidad
alejada del foco, se pondrá en forma y alicatará su ático de soltera en Pozuelo
de Alarcón. Buen viaje, querida.
Viernes. Las difuntas de los hermanos Rivera están de enhorabuena y salen a
celebrarlo. Ni juntas ni revueltas, pero ambas por los garitos de Chueca y a
sostén quitado. Después de un largo ir y venir en los tribunales y un retiro
voluntario de los flashes, Eugenia le ha ganado el pulso a Fran en cuanto a la
custodia de su hija y se muestra relajada entre íntimos en la fauna nocturna de
la capital. Si bien hace unas semanas compartía barra y pista con el embajador
de EE.UU. y su marido, estos días se dejaba ver en la última fiesta dominguera ¡Que trabaje Rita!, un show con reminiscencias
a la movida en formato tea dance que
reúne a artistas tan dispares como Alaska, La Veneno o la propia duquesita de
Montoro. Por su parte, Evita González se colgó a la espalda a toda su legión de
misses y disfrutó de una juerga con
Nacha La Macha (referente en el transformismo) al frente donde le dedicó a
Cayetano varias letras de desamor. La sevillana se arrancó por la Jurado y se
dejó las cuerdas en el escenario para gloria de los presentes. La que fuera su
cuñada (Jessica Bueno) ni canta ni da palmas pero prepara bata de cola para
subirse a todo trapo y con moño arrabalero a la pasarela SIMOF este fin de
semana; una vuelta al curro (con premio incluido) envuelta en morbo por los insistentes rumores de
embarazo. ¡Al carajo la alcachofa!